Libertad se escribe con L de LESBIANA


"…Nada tiene de especial dos mujeres que se dan la mano…" El pasado 17 de mayo en San Salvador cumplió un año de haber proclamado el día municipal contra la discriminación por orientación sexual; a nivel internacional contra la lesbofobia, homofobia y transfobia, un grupo de mujeres no tuvo miedo de tomarse de la mano en uno de los centros comerciales de mayor afluencia. Al ritmo de timbales llamamos la atención de las y los transeúntes, que sintieran nuestra presencia, de las caras pintadas de blanco, de los cuerpos vestidos de negro, de los carteles sostenidos con convicción y con demandas de cambio. Sonó la música que daba pie a otro tiempo, donde parejas de mujeres jugaron con sus cuerpos, tocando sus siluetas, cruzando sus miradas compenetradas, como que si por unos minutos no fuéramos juzgadas y condenadas a la clandestinidad por amar a otra mujer. Un silencio, donde todas y todos los espectadores miraban fijamente a las mujeres de cara pintada, donde hasta el tráfico del transporte colectivo conocido por sus peculiares bocinas estaba silenciadas, por los letreros con demandas como Ni puta, ni pecadora, ni delincuente… somos humanas que se aman" provocando a las autoridades que "Unos nos condenan, otros nos invisibilizan… ya no somos sombras". Muchos ojos se quedaban fijos, atónitos… era real, las lesbianas habíamos tomado la entrada principal de un centro comercial, que como en cualquier otro sitio, se condena todo tipo de expresión de afecto entre personas del mismo sexo. Fue un acto de libertad política y sexual, una forma de dejar de ser sombras, de decir somos muchas y estamos aquí… de creer en cambios en el imaginario colectivo, con mensajes claros como "Soy lesbiana por que me da la gana" demandamos el derecho a nuestra opción sexual y a escribir con L de lesbianas nuestra LIBERTAD. Por 15 minutos algunas ciudadanas y ciudadanos capitalinos, aunque con sorpresa, mostraron una actitud de tolerancia y convivencia, donde el tiempo fue congelado por el beso público entre dos mujeres. Fátima Polanco